El cultivo hidropónico de fresas en un contexto urbano es la clave para vender una mejor fruta al público.
Cuando se trata de cultivar fresas, las granjas de fresas se suelen ubicar al aire libre o dentro de un invernadero.
Cuando operan al aire libre, las granjas de fresas utilizan lechos elevados/hileras cubiertas con una película de plástico. Se supone que este material plástico actúa como mantillo reteniendo la humedad del suelo e inhibiendo el crecimiento de las malas hierbas. También evita que la fruta esté en contacto con el suelo o el sistema de riego.
En campo abierto, las fresas se riegan por goteo y se fertirriegan (los nutrientes se diluyen en agua y las plantas reciben ese abono líquido a través de la cinta de goteo). Las granjas de fresas al aire libre son estacionales y requieren de una logística compleja a la hora de cosechar.
En cambio, una explotación hidropónica de fresas dentro de un invernadero climatizado puede funcionar todo el año con la ayuda de luces artificiales. Sin embargo, hacer que las granjas de fresas hidropónicas convencionales funcionen bien en climas extremos es muy caro desde el punto de vista del coste energético.
En una explotación hidropónica de fresas convencional, cuando se trabaja en condiciones de calor extremo, es difícil que la temperatura del invernadero sea inferior a 20-25 °C. Por eso, incluso en un invernadero totalmente climatizado en un desierto o en un clima tropical, el cultivo de fresas solo puede hacerse de forma estacional y el rendimiento de las cosechas acaba siendo muy promedio.
Por otra parte, las granjas de fresas hidropónicas en invernaderos situados en zonas de clima frío son muy exigentes desde el punto de vista energético (luces artificiales y calefacción). Sin embargo, cuando están bien diseñadas, estas granjas de fresas pueden producir un gran número de fresas con temporadas más largas en comparación con el cultivo convencional en suelo.
Ya sea al aire libre o en un invernadero, uno de los grandes retos del cultivo de fresas reside en la recolección de los frutos.
Las fresas son una fruta no climatérica. No siguen madurando después de la cosecha.
Las frutas climatéricas, como las manzanas, las peras, los plátanos, los aguacates, los kiwis, las papayas y los tomates, siguen madurando después de su cosecha, ya que estas frutas producen y liberan gas etileno.
Sin embargo, las frutas no climatéricas, como las moras, los cítricos, las cerezas, los pepinos, los pimientos, las piñas, las frambuesas y las fresas, dejan de madurar después de su cosecha.
Uno de los mayores problemas al cultivar fresas es que a menudo la fruta se recoge demasiado pronto. Las fresas son frágiles y tienen una vida útil corta. Debido a los plazos de cosecha, envasado, distribución y venta al por menor, los agricultores de fresas cosechan demasiado pronto para asegurarse de que la fruta no esté podrida cuando el cliente la acabe comprando.
Cuando se recogen las fresas demasiado pronto, estas acaban teniendo una textura dura y crujiente y un sabor agrio. Teniendo en cuenta que las fresas dejan de madurar después de su cosecha, la fruta que se recoge es básicamente lo que el cliente experimenta unos días después en términos de calidad.
Algo peor aún que vender frutos sin madurar es que hoy en día se venden muchas fresas con la parte superior blanca (bajo el tallo). En el mundo de la fresa, la parte blanca bajo el tallo se denomina “codos blancos” (traducido del inglés “white elbows”). Estos codos blancos suelen ser el resultado de las fluctuaciones de temperatura y/o de la falta de nutrientes. La parte blanca nunca madura y los consumidores no deberían comprar fresas con codos blancos.
Tanto si se produce en una granja de fresas hidropónica que funciona dentro de un invernadero, como si se trata de una granja de fresas en campo abierto al aire libre, estas granjas suelen estar situadas en zonas rurales alejadas de las ciudades. Es por esto por lo que los cultivadores de fresas suelen cosecharlas demasiado pronto, para sortear así la limitación de tiempo que supone el transporte y la distribución.
En teoría, para poder ofrecer fresas maduras al mercado, es necesario que las frutas se cultiven en un contexto urbano y se entreguen directamente desde la granja al minorista y/o al consumidor.
Es por esto por lo que Agrotonomy promociona ahora un sistema de cultivo vertical de fresas de interior de última generación fabricado en el sur de España. Es la solución perfecta para el cultivo urbano de la fresa:
Este sistema de cultivo vertical de fresas en interior permite cultivar 28 toneladas de fresas en tan solo 375m2 y/o 230 toneladas de fresas en 2.500m2.
Nos hemos asociado con el principal fabricante de equipos de cultivo hidropónico de fresas del mundo para promocionar el primer sistema de cultivo vertical intensivo de fresas en interiores.
Este sistema revolucionario de cultivo vertical de fresas permite cultivar frutas dentro de los límites de la ciudad. Cuando hablamos del sistema de cultivo vertical de fresas en interior, con “interior” nos referimos al interior de un edificio/almacén (impulsado al 100% mediante luces artificiales).
Al ser tan eficiente en cuanto al espacio se refiere, y teniendo en cuenta su tecnología de climatización múltiple de última generación, nuestro sistema de cultivo vertical de fresas es la solución perfecta a la hora de eliminar el transporte y los diversos intermediarios involucrados antes de que la fruta llegue a su destino.
Nuestro sistema de cultivo urbano de fresas permite cultivar en climas extremos los 12 meses al año. Las frutas se pueden recoger cuando están maduras, a diario, y entregarse el mismo día.
Aunque nuestras granjas de fresas verticales se alimentan al 100% con luces LED artificiales, al observar la huella energética, ofrecemos una solución verdaderamente ecológica, ya que eliminamos la mayor parte de los procesos de transporte y manipulación.
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